Siempre fui una niña de mirada perdida, Buscando horizontes donde no los había. Buscando caricias en la oscuridad de una habitación, sabiendo que no había nadie en quien encontrar consuelo. Y cuando ya crecí nunca deje que me vieran llorar, siempre esperaba a llegar a casa encerrarme en mi pieza, poner música y tomar nerviosa ese objeto corto punzante con el cual liberaba toda la angustia del día a día. Nunca fue fácil.
Y cuando ya creía tenerlo superado,
Creo que vuelvo a caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario